viernes, 13 de agosto de 2010

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INTIMIDADES DE UN GERENTE SOLITARIO ...

Mauricio es un gerente que se desempeña en un ambiente introspectivo, su centro de operaciones está en su computadora, sus planillas de cálculo, presupuestos. Tiene mucha dificultad para acceder a la planta, a las oficinas, conversar con clientes y proveedores. Siempre está ocupado en la soledad del poder o en reuniones de coordinación. Su grado de comunicación con sus subalternos es muy bajo, inclusive no cree en el trabajo en equipo; sí en las cifras, los balances y las estadísticas.

Para quien desee conversar con Mauricio, el acceso a este gerente solitario es muy difícil. Su secretaria siempre lo anuncia como alguien muy ocupado, en reuniones o preocupado por la planificación estratégica, lo que termina por aislarlo del mundo real.

El parece tener todo bajo control, las cifras así lo dicen, las planillas de Excel, los Tir y los van lo aseguran.

Este tipo de ejecutivo es muy común en el mundo empresarial.

Contrariamente a la idealización que se propone con frecuencia en el mundo de los negocios, la organización aparece frecuentemente como un lugar propicio para el sufrimiento psicológico, el tedio y, al mismo tiempo, la desesperación, no apenas en los niveles más bajos, como también en los niveles intermedios y superiores.

En un mundo esencialmente dominado por la racionalidad instrumental y por categorías económicas rígidamente establecidas, los hombres y las mujeres que pueblan las organizaciones, en la mayoría de las veces, son considerados apenas recursos, esto es, como cantidades materiales cuyo rendimiento debe ser satisfactorio, del mismo modo que las herramientas, los equipos y las materias primas. Asociado al universo de las cosas, las personas empleadas en las organizaciones se transforman en objetos. En algunos casos sólo acontecimientos extraordinarios hacen emerger su condición humana.

La paradoja más grande es que en el mundo de hoy, como nunca, existen mayores oportunidades tecnológicas y situacionales para comunicarse más y mejor. Mientras más sistemas de comunicación poseemos, más incomunicados estamos.

Mauricio está sumergido en la soledad del ejercicio del poder, quizá porque quiere o porque no puede cambiar las cosas.

(Por Fernando Vigorena Pérez)

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